Milán (Italia), 26 de mayo de 2016.- SIPPET, un estudio llevado a cabo en 42 centros de 14 países de Europa, Norteamérica, Sudamérica, África y Asia, fue diseñado para resolver definitivamente el largo debate sobre si el origen de los concentrados de factor VIII (plasmático o recombinante) varía el riesgo de desarrollar inhibidores en niños con hemofilia A severa que no han sido tratados previamente (PUPs).
La singularidad del estudio SIPPET radica en que se trata del primer estudio randomizado donde los pacientes fueron asignados aleatoriamente para recibir concentrados de factor VIII plasmático con factor VWF(pdFVIII/VWF) o factor recombinante (rFVIII). La comunidad científica considera que los estudios randomizados proporcionan mayores niveles de evidencia, dado que las asignaciones aleatorias minimizan los factores de confusión que podrían influenciar el resultado.
El estudio SIPPET realizado entre 2010 y 2015 muestra como de los 251 pacientes analizados, 76 desarrollaron un inhibidor: 29 de los 125 que recibieron factor VIII plasmático y 47 de los 126 que fueron tratados con factor VIII recombinante (principal objetivo del estudio).
El análisis de regresión Cox demostró que el tratamiento con factor VIII recombinante está asociado con una incidencia de inhibidores un 87% mayor que el tratamiento con factor VIII plasmático con factor VWF en niños con hemofilia A severa que no han sido tratados previamente (PUPs). Para los inhibidores de alto título se obtuvieron resultados similares. Los resultados, publicados el 26 de mayo en la revista The New England Journal of Medicine, podrían tener implicaciones en la elección de los productos para tratar a los pacientes, ya que el desarrollo de inhibidores sigue siendo el mayor reto en el tratamiento de la hemofilia A.
SIPPET es un estudio impulsado por investigadores, internacional, multicéntrico, prospectivo, randomizado y abierto, liderado por los investigadores Flora Peyvandi y Pier Mannuccio Mannucci, del centro de Hemofilia y Trombosis Angelo Bianchi Bonomi, el Hospital Policlínico Maggiore y la Universidad de Milán (Italia). El estudio ha sido patrocinado por la Fundación Angelo Bianchi Bonomi y financiado por el Ministerio de Sanidad de Italia y cuenta con las subvenciones de las compañías Grifols, Kedrion y LFB.
Sobre la hemofilia y los inhibidores:
Los pacientes con hemofilia A sufren de por vida el riesgo de hemorragias no controladas al carecer del factor VIII de coagulación. Estas hemorragias pueden ser tratadas o prevenidas con la administración de concentrados de factor VIII. El factor VIII puede producirse a partir de donaciones de plasma (factor VIII plasmático) o ser obtenido por tecnología de ADN recombinante (factor VIII recombinante).
A pesar de que estos tratamientos han normalizado la esperanza de vida de quienes padecen hemofilia A, un número importante de niños desarrollan anticuerpos (inhibidores) contra el factor VIII, lo cual complica los beneficios del tratamiento. El manejo de este tipo de pacientes es complicado y costoso. La presencia de inhibidores puede suponer una mayor dificultad en el control de las hemorragias, así como un incremento de la mortalidad. Además, el coste de tratar durante toda la vida a un paciente con hemofilia e inhibidores puede ser extremadamente alto.
Más información:
New England Journal of Medicine: www.nejm.org
SIPPET: www.sippet.org