Vacuna antitífica con el antígeno Vi

Ficha técnica

Tipo de innovación: Vacuna
Ámbito: Biomedicina
Líder de innovación: Grifols i Roig, Josep Antoni
Año: 1936
Etapa: 1909-1971
Difusión: España
Impacto económico: Bajo
Nivel de innovación: Versionador
Patente: Sí
Relaciones interdisciplinares: -

Las vacunas se utilizan desde principios del siglo XX para prevenir enfermedades. De hecho, una de las primeras actividades llevadas a cabo en el Laboratorio de Análisis Clínicos del Doctor Grifols i Roig fue la elaboración de autovacunas y vacunas preventivas.

La autovacuna era un suero preparado a partir de gérmenes diluidos o aislados del mismo paciente que, una vez ingerido o inyectado, ayudaba al enfermo a desarrollar inmunidad contra el agente causante de la enfermedad.

En cambio, las vacunas preventivas se administran a individuos sanos para evitar su infección.

Una enfermedad mortal

En Barcelona, en las primeras décadas del siglo XX, existía una necesidad urgente de medidas efectivas contra las enfermedades infecciosas. La contaminación del agua, las malas condiciones higiénicas y el deficiente saneamiento ambiental eran los principales factores que propiciaban la aparición de estas enfermedades infecciosas que asolaban a la población urbana. En 1914 se registraron 2.500 muertes por fiebre tifoidea. El Dr. Grifols i Roig trabajó para combatir estos brotes regulares y desarrolló su propia vacuna preventiva.

Sus esfuerzos iniciales se basaron en el trabajo de André Chantemesse y la introducción del agente causal de la fiebre tifoidea, el bacilo de Eberth (o Salmonella typhi), en pacientes sanos. Grifols i Roig realizó mejoras graduales en el tratamiento al idear concentraciones cada vez mayores.

El avance decisivo

Su trabajo avanzó decisivamente en 1935, gracias al descubrimiento del antígeno Vi presente en el bacilo de Eberth por los doctores Felix y Pitt tan solo un año antes. Los antígenos son marcadores químicos que los anticuerpos, parte del mecanismo de defensa natural del organismo, bloquean para inactivar el agente causante de la enfermedad.

Ese mismo año, Perry, Findlay y Bensted demostraron que cuánto más virulento era el antígeno utilizado, más capacidad inmunizante tenía la vacuna creada a partir de él. El antígeno más virulento del bacilo recibió el nombre de Vi. El Dr. Grifols i Roig se dio cuenta de que podía producir una vacuna innovadora del antígeno Vi para la inmunidad artificial, que se produce con la inoculación de la vacuna, mucho más potente en la lucha contra la fiebre tifoidea.

Grifols i Roig registró la vacuna como especialidad farmacéutica el 30 de enero de 1936 y la produjo de forma conjunta con la Sociedad General de Farmacia, con la cual colaboraba desde 1931.